Las colillas de cigarro al ser pequeñas podría pensarse que son menos dañinas para el medio ambiente, pero no; un estudio elaborado por NGO, Ocean Conservancy, determinó que son las más contaminantes, muy por encima de los popotes, bolsas de plástico, etc.
Según el estudio, desde 1986, año que NGO comenzó a limpiar océanos, han recogido de playas y mares más de 60 millones de colillas, cifra que es bastante superior a la de bolsas, botellas o popotes recogidos.
Las colillas tardan en degradarse debido a los químicos, aunque estén elaboradas con acetato de celulosa, un material natural. Además cuando entra en contacto con el agua suelta todas las sustancias contaminantes que absorbe de su humo, como la nicotina, el arsénico o plomo.
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Hay proyecto que lleva por nombre Cigarette Butt Pollution, el cual se hizo muy conocido y que espera prohibir los filtros de cigarrillos, que están hechos de acetato de celulosa, un tipo de plástico que puede tardar más de una década en descomponerse.
Por eso ahora la tendencia en la industria tabaquera es hacer filtros más ecológicos que no causen daño al medio ambiente.