¿Sabías que, en la actualidad, la tercera industria más contaminante a nivel mundial es la industria de la moda?
Seguramente últimamente has leído acerca de la moda sostenible y el consumo responsable. Y es que estos y otros términos nos han abierto nuestros panoramas ayudándonos a mirar más allá de lo habitual y cuestionarnos si las cosas están correctas como las vemos.
Son muchas preguntas las que nos formulamos cuando tenemos un impacto en nuestra consciencia y a veces resulta muy triste darte cuenta de que has contribuido durante mucho tiempo a algo que no era medible ni sostenible, como la moda.
Si tú eres de las personas que no puede ir a un centro comercial sin visitar tiendas como Forever 21, H&M, Bershka, Zara…entre muchas otras, por favor ¡Detente! Estás siendo víctima del fast fashion.
El Fast fashion consiste en producir de forma masiva prendas con un corto periodo de vida a manera de respuesta a las múltiples demandas o tendencias del mercado. Su precio accesible y constantes cambios, nos impulsan a consumir cada vez más, lo que implica graves consecuencias para nuestra salud, planeta y para las vidas de quienes las producen. Un dato es que este tipo de prendas tienen un periodo de vida que se reduce a no más de 7 puestas ¿Puedes creerlo?
Es por esta razón que hoy hay muchas marcas textiles locales que, preocupadas por el planeta y la devaluación de su trabajo, han impulsado campañas sobre el Slow Fashion, que sí, como podrás suponerlo, es lo contrario al Fast fashion.
Esta filosofía de consumo responsable busca una fabricación de ropa más lenta, abogando por la fabricación con respecto a las personas así como el impacto en el medio ambiente y los animales. Además, estas prendas tienen mejores estándares de calidad por lo que podrán acompañarnos por mucho más tiempo.
Sólo piénsalo, muchas veces nos dejamos llevar por los costos tan bajos de ciertas prendas, pero la realidad es que esa ropa nos la ponemos 3 veces y ya se rompió o se maltrató la tela, provocando que tengamos que volver a comprar y generando un círculo vicioso.
Tal vez no podamos detener el calentamiento global, ni cambiar al mundo en dos días, pero si contribuimos cambiando poco a poco nuestro estilo de vida ¡notaremos las mejoras! Aquí te dejo algunas recomendaciones para no ser más una víctima del fast fashion:
- Reduce tu consumo: no compres lo que no necesitas, comprar mucha ropa nueva no nos hace felices, nos vuelve parte del problema.
- Compra verde: opta por marcas sostenibles. El precio lo va a valer, además ayudas a disminuir tu huella ecológica.
- Invierte: consume ropa de mejor calidad, hay grandes marcas que han mostrado interés en cambiar esta problemática ambiental.
- Thrift shopping: compra ropa de segunda mano. Existen lugares con los mejores estándares de calidad donde puedes comprar y vender ropa para darles una segunda oportunidad.
- Thrift flip:utiliza tus propias prendas para cambiarles el estilo y adaptarlas a nuevas tendencias. Unas tijeras, hilo y aguja pueden ser tu mejor aliado ¡Echa a volar tu imaginación!
