Seguramente te has dado cuenta que en las últimas semanas no logras conciliar el sueño igual que antes, que tu pareja y amigos tampoco, y que en general el ambiente se siente raro. Sabes lo que debes hacer, estás tomando precauciones, tratas de no ver demasiado las noticias, piensas positivamente, pero aún así no descansas.
La cuarentena o el aislamiento social que se está viviendo en muchos países para evitar la propagación del coronavirus está afectando a nuestros hábitos y nuestro patrón del sueño no se escapa de la nueva realidad.
El neurólogo Hernando Pérez, especialista del Centro de Neurología Avanzada de España, explica que el sueño tiene dos reguladores:
- El ciclo de luz y oscuridad: si, por la cuarentena, nos estamos despertando más tarde, nos estamos perdiendo la luz solar de la mañana, la cual es clave para que el cerebro sepa que dentro de 12 o 14 horas llegará el momento de dormir.
- El cansancio: en el transcurso del día nuestro cuerpo se mantiene activo y cuando llega la noche siente la necesidad de descansar. “Pero si hacemos menos actividad física porque estamos encerrados, eso incidirá en nuestro sueño”.
¿Y sabes qué pasa cuando alteramos estos reguladores? Así es, la ANSIEDAD se hace presente.
Y es que la vida ha cambiado para todos en todo el mundo. Diario nos enfrentamos con malas noticias, incertidumbre y el acecho de una crisis económica. Eso se traduce automáticamente en trastornos del sueño, que interfieren con el funcionamiento físico, mental y emocional. Los trastornos del sueño relacionados con la ansiedad incluyen malos sueños y dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
La ansiedad es una respuesta necesaria al estrés que se manifiesta en una respuesta a cualquier amenaza (un león al acecho, un sismo o una pandemia). Las ansiedades relacionadas con la pérdida de control y la incertidumbre son comprensibles ya que nos refugiamos en el lugar durante la pandemia de COVID-19. Si bien una respuesta natural al miedo es normal, demasiada ansiedad puede ser problemática.
Actualmente, las personas estamos sujetas a falsas alarmas que pueden ser intensas, frecuentes o incluso continuas. Estas falsas alarmas pueden conducir a un estado de excitación disfuncional que a menudo conduce a dificultades persistentes de sueño-vigilia. No vamos a decirte la lista de motivos para alarmarse en estos tiempos, te pueden tener preocupado muchas cosas. Pero si podemos decirte que no estás solo, millones de personas estamos pasando por lo mismo.
¿Cómo podemos disminuir este efecto?
Cuida tus hábitos, espacios, consumo de cafeína y de noticias, Procura alejarte de las pantallas antes de dormir, haz ejercicios de respiración, medita y ve probando qué te sirve para bajar la ansiedad y mejorar tus horas de sueño. No será inmediato, pero te sentirás mejor.