De antemano sabemos que las siguientes generaciones están heredando un mundo que los confronta con cada vez más retos a una edad cada vez más temprana, y la gran interrogante para los padres es ¿Cómo los prepararemos para eso? Te cuento que los niños de cualquier edad pueden empezar a beneficiarse de prácticas como el mindfulness: La práctica simple de traer una actitud amable y de aceptación al momento presente que les ayudará a promover la felicidad y aliviar el estrés.
Ojalá esto nos lo hubieran enseñado a nosotros también hace unos años ¿No? Si bien nunca es tarde para integrarlo a nuestra vida, tampoco hay duda de que empezar desde pequeños es mucho más fácil, ya que los hábitos que se forman temprano en la vida influenciarán los comportamientos en la edad adulta.
El mindfulness pretende generar en los más pequeños el hábito de ser pacíficos, amables y receptivos, con el objetivo de prepararles para conocer el alivio frente a cualquier dificultad que puedan encontrar en la vida. Así mismo, el mindfulness o atención plena, promueve habilidades que se controlan en la corteza prefrontal, como la concentración, enfoque y el control cognitivo, que puede tener un impacto particular en el desarrollo de habilidades que incluyen la autorregulación de emociones, el juicio y la paciencia durante la infancia.
Suena y es increíble el resultado que puede tener el mindfulness en los niños ¿No? Pero ¿Cómo empezar a practicarlo?
SOLIDIFICA TU PROPIA PRÁCTICA
No hay mejor forma de enseñar algo que a través del ejemplo. Si tu hijo te ve en un estado de tranquilidad establecido, se contagiará de ello. No puedes enseñar algo que no profesas. Lo primero es que tú mismo cuides de tu tiempo de meditación y autocuidado, que disfrutes del momento presente y que te conozcas emocionalmente. Crea un espacio (para ti y tus hijos) que sea pacífico y, más importante, no tengas expectativas para tu práctica ni la de tus niños. Deja que fluya.
PRÁCTICA DE GRATITUD
La gratitud es un componente fundamental del mindfulness, y una herramienta poderosa que enseña a los niños a apreciar la abundancia en sus vidas en lugar de centrarse las cosas que anhelan. Cada noche o mañana, en la mesa o en el coche pueden compartir una cosa por la que están agradecidos. Se convertirá en una las partes favoritas del día.
ESCUCHAR LA CAMPANA
Una manera fácil para que los niños practiquen la atención es concentrarse en lo que pueden escuchar. Puedes usar un cuenco, una campana, un juego de cascabeles o una aplicación de teléfono que tenga sonidos. Dile a tus hijos que harás el sonido, y que deben escuchar con atención hasta que ya no puedan escuchar el sonido (que generalmente es de 30 segundos a un minuto). Este ejercicio tiene un efecto calmante y es una forma divertida de enseñarles a poner atención a su entorno.
RESPIRACIÓN
Dar la instrucción a los niños de sólo poner atención a la respiración puede ser difícil pero no imposible. Empieza por hacer un ejercicio de “compañero de respiración”, donde cada niño agarra un peluche y lo pone sobre su panza. Comienzan a respirar y centran su atención en ver cómo sube y baja el peluche mientras inhalan y exhalan.
HORA DE LA COMIDA
La hora de comer también es un gran momento para practicar la atención plena. El ejercicio de comer conscientemente una pasa o un chocolate es una gran actividad para los niños. Puedes buscar guiones sobre meditaciones de mindful eating en internet o simplemente decirles que pongan atención y saboreen su comida y, por extensión, el momento presente.
RITUAL ANTES DE DORMIR
La hora de ir a dormir es un buen momento para practicar el mindfulness. Pueden hacer una breve meditación de exploración corporal: con los ojos cerrados, diles que pongan atención a los dedos de los pies, a los pies, a las piernas, etc. También pueden escuchar meditaciones guiadas juntos o leer libros sobre mindfulness antes de entrar en el sueño.
Recuerda que mejor de todo esto es que no es única y exclusivamente para los niños, sino que tú también lo puedes empezar a practicar sin importar tu edad. El cambio en tu vida será completamente satisfactorio.