Seguro en algunas ocasiones se te ha escapado una mala palabra cada que ya aguantas una plancha o las abdominales que estabas haciendo.
Pues resulta que un estudio publicado en la revista Journal Psychology of Sport and Exercise y llevado a cabo por investigadores de la universidad británica de Keele y la de Long Island en Brooklyn. Señala que decir malas palabras o groserías en el gym mejora el rendimiento del ejercicio y además pueden ayudarnos a lidiar mejor con el dolor.
“Las palabrotas pueden aumentar la tolerancia al dolor, incrementan la frecuencia cardiaca y disminuyen la sensación dolorosa”, concluyeron los expertos.
¿Cómo llegaron a esta conclusión? Los investigadores decidieron hacer equipo para analizar los efectos que tenía gritar groserías durante el entrenamiento, analizando ¿el desempeño y los resultados, y encontraron que en verdad tiene muchos beneficios.
Esto de forma lógica de entiende, ya que cuando estás haciendo un mayor esfuerzo es cuando se te sale alguna mala palabra, una reacción que tiene que ver más con el cerebro, ya que es posible que la activación de estas áreas mediante los gritos groseros pueda producir mejoras de rendimiento en muchos dominios diferentes.
