El avance tecnológico ha traído consigo incontables beneficios en todas las actividades cotidianas que realizamos. Si hablamos de los procedimientos bancarios, por ejemplo; hace unos años las cuentas en las que depositábamos dinero era protegida por una contraseña que al ser escrita en un papel, debíamos guardarla y cuidarla muy bien para evitar cualquier robo.

Es increíble que en muy poco tiempo, esas medidas de seguridad se han vuelto innecesarias, pues la mayoría de procedimientos concernientes a un banco son realizados desde un ordenador.

No podemos negar que el realizar transacciones de manera electrónica ha resultado muy conveniente para nosotros, aunque también viene de la mano con otros inconvenientes que de igual manera se producen de manera electrónica.

Si bien las medidas de seguridad en internet han ido mejorándose día con día, es importante no ser tan confiados con esto. Muchas veces abusamos de la confianza que nos inspiran estos procesos.

Por comodidad o por ahorrar tiempo, es común que cuando realizamos algún movimiento bancario en nuestra computadora o desde el móvil, damos permiso a nuestro navegador de recordar nuestras contraseñas, pensando que la próxima vez que entremos, será más ágil el proceso.

Aunque pueda resultar más fácil, hay que ser consciente de que en estos casos, es recomendable no dejar que nuestro navegador recuerde tu contraseña, de otro modo, estás expuesto a que alguien diferente a ti, pueda entrar a tus cuentas sin ningún impedimento.

Recuerda que de nada sirve toda la seguridad que tu banco pueda implementar, si olvidamos ser responsables y cuidadosos con nuestra información.